5 cosas que te definen como un verdadero ciclista.

Para el verdadero ciclista no existe un fin prioritariamente utilitario o conveniente en el estar sobre una bicicleta.

Hola Amigos mucho tiempo estuve alejado de acá, lamentablemente a veces la vida se nos pone cuesta arriba y el tiempo de calma para ser creativo y sentarse a compartir pensamientos se vuelve inexistente y uno queda girando en la rueda de solo atender lo urgente. Afortunadamente la vida al igual que tras subir una montaña te premia con un buen paisaje o un buen descenso y ya estoy de vuelta. 

Asi como hay muchas maneras de pedalear una bicicleta, marcas tipos, colores, materiales, y anchos de rueda, hay muchas más personas que por diferentes razones están arriba de una y conciben este quehacer de diferentes manera. Los hay que están por sentirse parte de un grupo, comunidad, tendencia o zeitgeist, están los otros que a la inversa solo quieren alejarse de todos, pero en definitiva es una elección individual un camino que se recorre solo, tras cada giro de pedal sin embargo hay cosas que nos unen; una motivación y una búsqueda dentro de todo compartida, cuando perteneces a esta “subespecie”. A continuación explicaré algunas cosas que te definen o te excluyen de ser un verdadero ciclista:

1-No es acerca de la bicicleta.

Contrario a lo que muchos creen (especialmente los no ciclistas) el tener una bicicleta no te vuelve un cliclista. No importa cuanto dinero hallas invertido en ella o si tienes una o veinte de ellas, o si es la mejor o diferente a todas. En tener una bicicleta no te vuelve un ciclista. Conozco a mucha gente obsesionada con el “objeto” bici; lo que es más bien ser un fetichista y ambicionan y quieren perfeccionar esta o tal bicicleta que orbita en su cabeza, buscan las partes más rebuscadas, la arman personalizadamente pieza por pieza o bien hacen grandes gestiones para importarla a travez del mundo, el color de cada perno debe combinar con este detalle e infinitos, etc. La gran mayoría de las veces estas personas pasan más tiempo en esta cacería que sobre las bicicletas y si la usan, esa salida se convierte en un “testeo” de la bicicleta en su conjunto o bien de alguna nueva pieza adicionada y muy probable es que no volverán a subirse hasta que halla un nuevo componente que testear; esto también se aplica para el equipamiento dígase: vestuario, u accesorios. En síntesis para ellos: Si no hay algo nuevo que testear o mostrar, no hay razón para salir a pedalear al menos no muy seguido.

También están los que no salen a pedalear a menos que tengan una bicicleta “digna” bajo cualquier parámetro que constituya esta calificación; independiente de que sea una bici que les “sirva” Un buen ciclista pedalea en la bicicleta que tenga disponible sabe que simplemente necesita pedalear; por que sabe también que cada tipo o incluso cada bicicleta tiene “lo suyo” personalidad y atributos. El buen ciclista entiende que quizás esta bicicleta no se lo “optimo” para tal o cual propósito, pero entre la opción de no pedalear; eligirá la alternativa disponible y se adapta. El ciclista sabe que sobre toda bicicleta hay un “retorno” una suerte de regresión a un estado mental que a veces asociamos a la niñez en el sentido lúdico y una meditación en movimiento en un sentido psicológico u espiritual. La marca y el valor de la bicicleta dejan de existir; se vuelve una interfaz con la que interpreto y experimento al mundo y al momento presente.

2- El estar arriba de una bicicleta, no te hace ciclista.

Frente al punto anterior esto puede sonar en extremo contradictorio; pero por favor tenme acá un poco de paciencia para exponer mi punto. Acá es donde entran las antes mencionadas: Motivaciones. A diario hay personas que están pedaleando y muchas veces lo hacen muy a menudo y muchas veces con mayor frecuencia y estructura que ávidos amantes de la bicicleta pero la verdad el ciclismo en si como practica y como cultura no es algo importante para ellos y podrían prescindir de la bici en cualquier momento.

Un par de los que califican en este grupo son las personas que trabajan en sus bicis como los repartidores, los triatletas y los commuters, estos califican como personas que “circunstancialmente” están sobre a una bicicleta.

Para el verdadero ciclista no existe un fin prioritariamente utilitario o conveniente en el estar sobre una bicicleta. Un ciclista muy probablemente preferirá estar un su bicicleta aunque sea a todas luces algo bastante inconveniente o como lo verían los demás: una mala idea. Con mal clima, aunque sea de noche o muy temprano, peligroso, con carga o aunque exista otro transporte disponible que no involucre sudor y riesgo; la necesidad de pedalear de un ciclista no tiene nada que ver en su esencia con lo practico y en muchas veces con lo razonable..

 A diferencia de un repartidor por ejemplo que probablemente elija usar la bicicleta para reducir los costos operativos de su trabajo o por que le resulta más fácil usarla en calles apretadas de autos; con toda seguridad si encontrara una alternativa a esta que ofresca mayores ventajas la cambiaria sin pensarlo. O en el caso de un triatleta (este es un caso muy particular) La bicicleta es parte de su deporte Triatlón y es por eso que esta sobre ella; además es una bicicleta con características muy especificas. Nótese que el triatleta nunca dice: “saldré a andar en bici” si no que dice “tengo que entrenar” lo cual indica una circunstancia que lo obliga a practicar el ciclismo, he conocido a muchos que incluso ni siquiera comparten la natural fascinación en ningún grado por el “objeto bici” hasta el punto que muchos no saben nada acerca del vehiculo a pedales que manejan excepto que cumple la norma y es requerido para practicar el Triatlón. He llegado a pensar de que a muchos de ellos si les cambias las reglas del Triatlon y le sacas la bici y les pones un scooter les daría exactamente igual.

Lo mismo con los conmuters  (los que se transportan al trabajo o que hacen las diligencias en bici) no todos ellos son ciclistas. Muchos están en la bici también por razones de conveniencia, económicas, ecológicas y sociales etc) Muchos de ellos se reúnen en grandes masas para demostrarse orgullosamente como colectivo llenos de luces de colores, parlantes y atuendos reflectantes o… hipsters. Pero eso solo se ve en ciudades amigables para el transporte en bici. Seria interesante ver si estos grupos existirían si las calles de pronto se volvieran más empinadas o si hubiera que pagar un impuesto a la bici o si no existiera una instancia de socialización o si las fixies dejaran de ser cool. 

 Obviamente no estoy diciendo que no existan repartidores, conmuters o triatletas que no sean verdaderos ciclistas pero son excepciones a la regla.

3- No es acerca de Fitness.

Hace varios años leí un libro que se titula en español “el ciclista” una breve novela que relata en detalle lo que ocurre en la mente de un ciclista en una carrera. Como todo libro que es prestado, rara vez logramos tenerlo de vuelta, asi que al no contar con el material de referencia no puedo dar la cita exacta pero lo que se describe ahí es algo así: “junto a la la línea de largada vi a una joven con una polera que tenia un logo de un gimnasio y decía “I love fitness”- Claramente ella no es ciclista, nunca entenderá lo que esto significa y por que arriesgamos la vida de esta manera” 

Acá en esta sentencia se esconden al menos dos significados el primero tiene que ver con el punto anterior: La esencia del ciclismo no tiene que ver con algo utilitario, si bien la bicicleta puede ser un medio de transporte eficiente según su tipo, o un buen sistema para cultivar una salud robusta o bien un cuerpo atlético y una buena terapia contra el stress este no es su sentido profundo. La relación entre el ciclista y su bicicleta por ejemplo es mucho más parecida al de un músico, su instrumento y la ejecución musical. Es un arte que el ciclista como ejecutante busca perfeccionar día tras día, ya sea haciendo su cuerpo más resistente o especializado para su disciplina o bien perfeccionando la técnica que le permitirá tomar curvas y saltos con fluidez en una pista de descenso. El volverse un mejor ciclista no tiene nada que ver con lucir bien frente al espejo como quien va a acondicionarse para esto en un gimnasio, de hecho los mejores ciclistas lucen bastante mal ya sea por una delgadez extrema, demasiada exposición al sol, u secuelas de graves fracturas o lesiones y cicatrices en las disciplinas de gravedad.

El orgullo del verdadero ciclista no esta en ser visto o cumplir un estándar estético y tampoco en ser un ser humano que persigue el bienestar, el orgullo radica en el centro de la obsesión misma por ejecutar su disciplina de la mejor manera que le sea posible. Es una entrega completa que te lleva a explorar limites y destinos desconocidos que trascienden la recompensa y se reafirman en cada vuelta de pedal.

 4- Se pedalea solo.

«La victoria de hoy es sobre tu yo de ayer, la de mañana será sobre un hombre inferior«. Miyamoto Musashi.

Si bien con amigos es más divertido y más seguro, el ciclista no depende de tener compañía para subirse a la bici. La bicicleta es una escuela en si o un espejo que te enseña tu verdadero temperamento, se podría decir que representa un camino hacia el autoconocimiento y esto nunca es más real que cuando estamos solos en la bicicleta escuchando nuestra respiración y sintiendo el ritmo de nuestro propio pulso. En este estado podemos adentrarnos en nuestros pensamientos, temores e ilusiones. 

También descubrimos una fortaleza desconocida y cosas que nos mueven y nos impulsan a cumplir solo con nuestra consciencia. Nadie nos observa nadie nos juzga nadie nos obliga a cumplir con eso.  Pero si somos honestos con nosotros mismos siempre sabremos cuando fuimos fuertes o débiles; cuando cumplimos y cuando fallamos. 

El punto de comparación.

Donde terminamos nosotros empiezan los demás y ahí comienzan las dudas y también la competitividad. Se nos hace a veces necesario ese punto de comparación, es que a veces es deportivamente entretenido; si embargo el buen ciclista comprende que para ganarle a otros debe ganarse a si mismo primero. 

Suena como algo evidente. Pero existen muchísimos casos especialmente de personas excepcionalmente dotadas para el deporte que lo practicaron, mientras sus habilidades innatas fueron una ventaja competitiva frente al resto, pero cuando debieron medirse frente a desafíos y oponentes que requerían un esfuerzo y compromiso adicional fallaron o bien el tiempo hizo lo suyo y simplemente no fueron consistentes. Eran personas que podían ganar a todos pero que siempre perdieron contra ellos mismos. 

Nunca supieron pedalear solos, siempre necesitaron del refuerzo positivo de otros y cuando no hubieron resultados satisfactorios se aburrieron. Colgaron la bici. El verdadero ciclista sabe que aunque no llegue primero en una carrera, aunque no le gane a nadie ya sea por sus condiciones y circunstancias debe al menos ganarse a a si mismo. Desde ahí recién podría competir frente a otros y más importante contra el paso del tiempo. 

Solo los verdaderos ciclistas lo son durante toda su vida.

5-No es Placer es dolor, ¿o son lo mismo?

Probablemente uno de los aspectos más extraños y difíciles de transmitir de ser ciclista es la relación directa con el dolor. He escuchado muchas veces la variante de la frase; “si me gusta andar en bici pero no me gusta pedalear en subida” “De no haber comprado una bici eléctrica nunca me hubiera subido a la bici” “Me gusta solo el descenso” “hace mucho frio/calor”, “ me duele el poto si ando mucho” “ Yo llego en camioneta lo más arriba posible” Esas son declaraciones de personas que no disfrutan de un aspecto intrínseco del Ciclismo: El dolor. El Ciclista es la encarnación del Hedonista y el Masoquista en uno solo; alguien que disfruta sufrir, y a la vez alguien que obtiene energía y motivación de algo que al mismo tiempo lo drena y agota. Hay un disfrute y un orgullo en sentirse capaz de alcanzar una cima sin mas medios que tu voluntad y tu bicicleta, existe una satisfacción particular cuando alcanzas un progreso; y progreso puede ser muchas cosas: mejorar un tiempo, romper una distancia o descubrir que tu voluntad pudo más y pudo ignorar los gritos de agonía de tu piernas y tu respiración y pulso al limite; el frio, la altitud, el miedo y en resumen el cansancio incluso mental.

La relación entre el Ciclista y el dolor es tan estrecha que el sabe que el dolor en si mismo es una fuente de energía y un catalizador de emociones; muchas veces nuestras vidas simplemente son demasiado; independiente de la edad o la magnitud del problema sentimos que el mundo se nos viene encima, ya sea por una perdida, una ruptura sentimental, un fracaso o quizás una trauma escondido en nosotros que sale a flote; estar arriba de una bicicleta puede ser el mejor lugar para llevar un duelo: mediante el dolor del esfuerzo físico anulamos el dolor emocional, se podría decir que uno tiene hasta más fuerza y resistencia cuando se alimenta de esa emoción: literalmente vamos escapando de algo que nos quiere devorar con todas nuestras fuerzas y nos concentramos en ese momento presente y nuestros problemas quedan al menos por un rato atrás. El ciclista sabe que la bicicleta es una lugar necesario para sanar, purgarte de lo malo, fortalecerse y entender que aún con lo que te esta pasando literalmente puedes seguir adelante.

Independiente del horizonte emocional, estar en una bicicleta por suficiente tiempo ni siquiera es un lugar cómodo; las bicicletas son en si un Vehículo minimalista donde el confort no viene de incorporado en el precio de venta y la incomodidad es simplemente directamente proporcional al tiempo y distancia que pases sobre ella y lo más cercano a una mejora en este aspecto deviene solo de la adaptación o sea entrenamiento del Ciclista.

Si revisamos antiguas fotos de los primeros Tour de France veremos que los competidores se enfrentaban a esta inmensa carrera sin vestuario u equipamiento técnico, o tecnología sofisticada de ningún tipo, muchos no lo lograban simplemente por condiciones climáticas y los otros casi al limite de sus capacidades físicas. Hoy ese mismo espíritu se mantiene a lo largo de cualquier pedalero que se aventura a perseguir el horizonte de sus propias limitaciones. El ciclista esta acostumbrado incluso a a arañar lo sobrehumano a no ser “razonable” ningún ciclista en un punto mínimo: se siente del todo satisfecho permaneciendo dentro de la “zona de confort” por mucho tiempo. 

…Al menos hasta que ve otra montaña. 

Gracias por leerme feliz de leer sus comentarios y si les gusto esto compártanlo y todo eso.

También quiero dejar acá el anuncio que voy a lanzar mi nuevo Podcast acerca de este y otros temas relacionados con la vida tras el manubrio, el cuyo nombre y donde encontrarlo comunicaré lo antes posible.

Frank.